Jorge Cabieses-Valdés y Christian Yovane son exponentes de una generación de creadores que emergieron en el circuito artístico a inicios de los 2000, destacando en pocos años con un sólido trabajo que transita por diversos lenguajes artísticos. Han compartido propuestas colectivas y expuesto en forma individual tanto en Chile como en el exterior.
En Violencia Pasiva, Jorge Cabieses-Valdés continúa con su imaginario centrado en objetos decorativos de uso doméstico, con una clara estética kitsch y sobrecargada. En esta exposición se hace evidente el problema de la escala, asunto que ha atravesado su obra a lo largo de su trayectoria.
La muestra está conformada por tres pinturas de gran formato que representan, cada una de ellas, un mueble de estilo rococó pintado en clave realista. Junto a ellas, el artista nos presenta un video de la serie La Miniatura, realizado con la técnica chroma key, es decir, filmado con un fondo de color sólido y homogéneo, que luego es manipulado en la edición con el objetivo de agregar otras imágenes. En este video, el artista es protagonista, junto con una batidora eléctrica, imágenes de interiores rococó y una fotografía de desastre extraída de la revista Newsweek.
Jorge Cabieses-Valdés utiliza la sobrecarga decorativa, que se manifiesta en los muebles representados pictóricamente y en las figuras de porcelana, así como los objetos de uso domestico y utilitario (electrodomésticos) para referirse a la violencia latente en toda situación humana, donde los límites éticos del deber-ser y las pulsiones cotidianas están siempre a punto de romperse.
La violencia en su escala humana es simbolizada aquí por el hogar y lo doméstico. El hiperrealismo de sus pinturas, que destaca la profusión de detalles ornamentales del mobiliario rococó, el aislamiento en que se encuentran estos muebles, así como la estética “siútica” de las figuras de porcelana, gatillan una mirada siniestra sobre lo conocido.
La obra de Christian Yovane, en tanto, se ha caracterizado por las referencias a la cultura mediática y de consumo. Sirviéndose de lenguajes diversos, como el video y la pintura, utiliza referentes reconocibles por todos y los combina libremente apelando a la memoria colectiva.
En su exposición La Cruda predomina la gráfica. Yovane presenta una serie de dibujos de diversas dimensiones y que dan cuenta de un imaginario saturado de referencias propias de la publicidad, la televisión y el cine de los últimos 40 años.
Mediante una operación visual que lo relaciona con el collage, apela a una memoria sofocada, para construir un imaginario que tiene resonancias a nivel colectivo al mezclar en sus obras, en una “comunión forzada”, imágenes de diversas fuentes reconocibles para generar paisajes alterados a escalas inverosímiles, diálogos absurdos y escenas perturbadoras por su indefinición. En su obra, Yovane analiza el poder de los medios y las distintas formas que éstos utilizan para impactar, persuadir e inhibir a los sujetos.
